Rabietas y Pataletas en los Niños
Enero 29, 2025

Este tema es muy temido por muchas mamás, pero tenemos que aceptar que hace parte de nuestro día a día, porque sean muchas o sean pocas, todos los niños pasan por rabietas o pataletas. Algunos chiquitos tienen estos episodios más fuertes que otros, pero al final, todas las mamás tenemos que hablar de este tema que nos incluye a todas. Así que, sin tanto rollo, ¡comencemos!
Las
rabietas y pataletas son comportamientos comunes en los niños pequeños, especialmente en la etapa preescolar (de 2 a 5 años), cuando están en proceso de desarrollo emocional y de autorregulación. Es importante destacar que son episodios normales en todos los niños porque ellos, a esa edad, todavía no saben cómo controlar o expresar sus emociones de forma adecuada.
¿Qué son las rabietas y pataletas?
Son una manifestación de frustración, enojo o estrés en los niños. Generalmente, ocurren cuando un niño no puede expresar de manera efectiva sus emociones o deseos, o cuando sus expectativas no se cumplen. Durante una rabieta o pataleta, el niño puede llorar, gritar, patalear, golpear el suelo, tirarse al suelo o mostrar otras conductas descontroladas, este último caso debe ser observado para que como padres consideremos si necesitamos la orientación de un especialista o terapeuta infantil. Aunque estos episodios son normales, pueden ser desafiantes tanto para el niño como para los padres y requieren mucha paciencia de nuestra parte, ¡aunque pensemos que ya no la tenemos!
Causas comunes de las rabietas y pataletas
- Frustración por no poder expresar sus emociones: los niños pequeños aún no tienen un vocabulario emocional desarrollado y a menudo no saben cómo comunicar lo que sienten o desean. Esto puede llevar a una explosión de emociones.
- Falta de control sobre su entorno: los niños pueden sentirse impotentes si no tienen el control sobre lo que sucede a su alrededor. Cuando sus deseos o necesidades no son atendidos, pueden manifestar frustración a través de una rabieta.
- Fatiga o hambre: cuando los niños están cansados o tienen hambre, su tolerancia a la frustración disminuye, lo que puede desencadenar una rabieta.
- Deseo de independencia: a medida que los niños crecen, desean más autonomía y tomar decisiones por sí mismos. Si se sienten restringidos o controlados, pueden tener rabietas como una forma de protestar.
- Cambios en la rutina o en el entorno: alteraciones en la rutina diaria, cambios de lugar o situaciones nuevas pueden hacer que los niños se sientan inseguros y provoquen rabietas.
- Imitación de otros niños o adultos: a veces, los niños pueden imitar el comportamiento de otros, como ver a un hermano mayor o a un adulto reaccionar de manera emocional o descontrolada ante una frustración. ¡Somos ejemplo, que nunca se nos olvide, mamás y papás!
¿Cómo gestionar las rabietas y pataletas?

Aunque nos cueste, podemos poner en práctica algunos consejos:
- Mantener la calma: como adultos, es fundamental que mantengamos la calma durante una rabieta (sé que es muy difícil pero sí podemos lograrlo). Los niños a menudo imitan las respuestas emocionales de los adultos. Si reaccionamos de manera calmada y controlada, enseñamos al niño a manejar sus emociones.
- Establecer límites claros y consistentes: los niños necesitan saber qué se espera de ellos. Establecer reglas claras y coherentes los ayuda a entender lo que está permitido y lo que no. ¡Y debemos ser firmes!
- Ofrecer opciones: a veces, ofrecer al niño dos opciones de manera que él sienta que tiene control sobre la situación puede reducir las rabietas. Por ejemplo, "¿Quieres ponerte los zapatos tú mismo o te ayudo?" En lugar de simplemente decir "¡Ponte los zapatos!"
- Distracción y redirección: a los niños más pequeños les cuesta lidiar con emociones intensas. En muchos casos, redirigir su atención a otra actividad o hacer que se concentren en algo positivo puede ayudar a desactivar la rabieta.
- Validar sus emociones: aunque el comportamiento no sea adecuado, es importante reconocer sus emociones. Puedes decir algo como: "Veo que estás muy enojado porque no podemos comprar ese juguete ahora. Entiendo que te sientas frustrado." Validar sus emociones no se puede confundir con ceder o consentir.
- Evitar recompensar las rabietas: si un niño aprende que a través de una rabieta puede obtener lo que desea, puede comenzar a usarlas de manera frecuente. Es importante no ceder ante los caprichos y mantener una postura firme y coherente.
- Refuerzos positivos: premiar comportamientos adecuados y calmados ayuda a que los niños aprendan a comportarse de manera más controlada. Elogiar cuando el niño maneja bien sus emociones puede motivarlo a seguir comportándose de esa manera.
El impacto de las rabietas en el desarrollo emocional

Las rabietas son una parte natural del desarrollo emocional de los niños. A través de estas situaciones, los niños aprenden a reconocer y manejar sus emociones, aunque es un proceso gradual y podemos verlo eterno, en algunos casos. Si bien las rabietas pueden ser estresantes para nosotros como padres, también es una oportunidad para enseñar al niño sobre el autocontrol, la empatía y la resolución de conflictos. A medida que los niños maduran y su capacidad de autorregulación emocional se desarrolla, las rabietas tienden a disminuir ¡y eso es lo que todos queremos!
Consejos para los padres, ¡porque nosotros también necesitamos ayuda para no morir en el intento!
- Mantén una rutina regular: tener horarios predecibles para comer, dormir y realizar actividades diarias puede reducir la ansiedad y las rabietas, ya que los niños se sienten más seguros con la estabilidad.
- Cuidado personal: es importante que como padres también cuidemos nuestro bienestar emocional. La paciencia y la comprensión durante las rabietas pueden ser más fáciles de mantener si estamos descansados y emocionalmente equilibrados.
- Fomentar la comunicación: a medida que los niños aprenden a hablar, es útil fomentar el uso de palabras para expresar lo que sienten. Enséñales palabras emocionales como "enojado", "triste" o "frustrado", y anímales a verbalizar sus emociones en lugar de reaccionar con conductas impulsivas.
En conclusión, las rabietas y pataletas son parte del proceso de desarrollo de los niños y, aunque pueden ser difíciles de manejar, también son una oportunidad para enseñarles a controlar sus emociones de manera saludable. Con paciencia, consistencia y estrategias adecuadas, podemos ayudarlos a superar estas etapas y a aprender habilidades emocionales importantes para su crecimiento.
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